Crónica de un concierto en Aspe o Stephen King visita Aspe

Algo extraño se respiraba en el ambiente el pasado sabado 4, día de nuestra cita con el pueblo de Aspe.
Alrededor de las 16:00h estábamos todos reunidos con la intención de cargar la furgoneta, cuando justo al lado de la volkswagen descubrimos un charco de un líquido verde (nos preguntamos si sería la sustancia verde que venía a traer un mensaje a Raúl).
Así envueltos en dudas, partimos hacía Aspe. Ya andabamos cerca de nuestro destino, cuando descubrimos boquiabiertos una nube que cambiaba su silueta hasta representar con una fidelidad pasmosa el rostro de Fernando Alfaro (más dudas, misterio).
A las 19:00h fuimos recibidos por Bernardino (organizador del evento y amigo), descargamos los instrumentos en la sala malabar, probamos sonido rapidamente y cuando nos dirigiamos al bar donde cenaríamos más tarde, nos encontramos con Alfredo (oriundo de Aspe) que preguntó a Edu si era un chico o una chica y afirmó que Antonio era una mujer muy guapa. En una de sus pausas giramos la cabeza y cuando la volvimos había desaparecido, y ni calle arriba, ni calle abajo pudimos divisar a nadie por la calle ( se habría evaporado? misterio, dudas, alguien se acordó de Stephen king).
Después de cenar volvimos a la sala, nos preparamos y salimos al escenario. Mucho volumen, alguna cuerda rota y buen recibimiento del público, mención especial para Antonio (no el terrible, sino el dueño de la sala), que a mitad de actuación durante un pequeño espacio entre canción y canción aprovecho para darle a Raúl un recado que antes había olvidado.


Entre los asistentes miembros de Capitán America, con los que luego charlamos un rato. Bueno, no todos, Antonio prefirió conocer de primera mano los rumores que corren acerca del especial encanto de las mujeres de Aspe.
En las fotos podemos ver a Magdalena (camarera de la sala), flanqueada por dos de los cuatro mástiles del grupo. Magdalena y su especial atención hacia nosotros fue responsable de que desapareciera nuestra vergüenza y supuestamente más tarde el teléfono móvil de Antonio.
Así pues la celebración del concierto fue muy divertida, conocimos gente muy interesante como Antonio (el antes mencionado dueño de la sala) que afirmaba que él había reconocido inmediatamente que Edu era un artista sólo por la forma de pedirle cambio.
Cuando nuestros cuerpos comenzaron a quejarse, nos fuimos dormir ZZZZ
En el viaje de vuelta, despues de comer en un bar regentado por unos simpáticos ingleses, todo se empezó a desvanecer, la esperanza de Antonio de recuperar su móvil, la posibilidad de que la sustancia verde tratase de enviar algun mensaje a Raúl, en el cielo las nubes tenian forma de nubes... Nos reimos mucho, el viento soplaba con rabia y alguien creia haber visto aparecer a Alfredo muy cerca de donde lo habiamos visto desaparecer.