Tal y cómo habiamos anunciado el pasado viernes cargamos la furgoneta y nos dirigimos hacia Santiago de la ribera.
Esta era nuestra segunda cita con la gente de la sala Alba-longa. En nuestra anterior visita nos trataron tan bien que no dudamos un sólo segundo en volver.
Pasadas las 8 de la tarde hicimos entrada en éste encantador pueblo murciano; el concierto estaba previsto para las 22:30h; había que ponerse rapidamente manos a la obra.
Saludamos a las responsables de la sala y asaltamos el escenario. En cuanto todo estuvo perfectamente ubicado tocamos un par de temas para ver que tal nos escuchabamos en el escenario; algún pequeño ajuste y dimos por finalizada la prueba de sonido.
Rapidamente salimos en busca de algún sitio donde pudieramos comer algo antes de la actuación. Buscábamos, rápido, comida, encontramos, comida-rápida.
Con apenas un cuarto de hora de retraso subimos al escenario.
Encontramos la sala llena, cosa que nos sorprendió gratamente ya que la hora no era muy propicia. Nos sorprendió más aun que unos 20 asistentes al concierto eran militares, concretamente del ejercito de aviación, al parecer hay una base o un cuartel (disculpad mi ignorancia, no conozco el nombre adecuado) muy cerca del pueblo.
El concierto, según nosotros, estuvo muy bien; estas impresiones no siempre coinciden con las del público, de hecho hubo quien nos comentó que estábamos demasiado relajados en el escenario. Realmente tocamos muy cómodos, con buen sonido y quizás fuese cierto que faltase algo de tensión, pero el balance fue muy positivo.
Nuestros amigos Nando, pepa, juanjo y amparo, que se trasladaron hasta tierras murcianas desde valencia nos felicitaron por el concierto.
Seguimos en la sala bailando al ritmo de la fantástica selección musical que esta vez corría de manos de una de nuestras queridas anfitrionas. Allí brindamos por el que había sido nuestro último concierto antes de la gira mexicana.
Cuando alba-longa cerró, visitamos otros bares cercanos hasta que nuestros cuerpos comenzaron a reclamar las horas de sueño que les habíamos prometido. Así, todos los miembros de la expedición fuimos retirandonos hacia el lugar donde dormiamos; algunos se fueron pronto, otros no tanto... en fin, no me tiréis de la lengua, cómo sois, es que lo queréis saber todo.
Desde aquí mandamos un beso muy grande a Fina y a Isabel, les estamos muy agradecidos por su cariñosa acogida y su hospitalidad.
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